¿Por qué el Centro? ¿Por qué Fajardo?
La verdadera tragedia de este mundo es que las pequeñas escenas discordantes no dejan ver el escenario. Es lo que sucede con los debates políticos en época electoral instalados en la panorámica mundial. El Panel Intergubernamental sobre Calentamiento Global con sede en Cambridge, Reino Unido, ha producido varios reportes sobre el impacto del calentamiento global por regiones. Puesto que es un solo mundo, las variables de observación son las mismas para todos, temperatura, ecosistemas, intensidad y regularidad de lluvias, nivel del mar y otras más aplicadas a cada región según ubicación geográfica, recursos naturales, condiciones socioeconómicas, etc. Sobre la América Latina el informe augura incertidumbre sobre la regularidad de las lluvias, desestabilización agrícola y por lo tanto industrial y alimentaria, inundaciones en zonas y ciudades costeras con la consecuente migración de zonas rurales hacia zonas urbanas, impacto sobre la salud y congestión social atada a la débil situación socio-económica de la mayoría de la población del continente.
Estos vaticinios no los hacen adivinos, los hace la comunidad científica, internacional e interdisciplinaria, que se ha dado a la tarea de observar y proyectar la situación del planeta y de la Humanidad a medida que la temperatura global aumenta. Por lo tanto, cada voto que cada persona deposite en la urna en época electoral, no estará eligiendo solamente a un presidente, estará signando el destino de su empresa, su cultivo, su negocio, su salud, su familia, sus hijos y su vida. Porque del manejo que se de al Gobierno y sus sus recursos en este momento de emergencia planetaria dependerá el futuro de cada uno y de todos.
Lo que hace interesante la variable del calentamiento global es que impacta al norte y al sur, al este y al oeste, a ricos y pobres, a todos. El calentamiento global no afecta al Centro Democrático o al Petrismo, a los candidatos oportunistas o populistas, o a los viejos zorros de la política con agenda subterranea. Pero, por el contrario, el Presidente que se elija SÍ afectará las posibilidades de supervivencia y de bienestar de los colombianos frente al calentamiento global. En busca de una paz que nunca llega, los colombianos siguen siendo juez y parte de la pequeña y mezquina escena que no contempla al escenario, la pantomima de un enfrentamiento de extremos sin argumentos, sostenidos por viejas glorias o pulidas verborreas y con un historial administrativo nefasto. En enfrentamiento entre una izquierda que en la América Latina tiene el triste prontuario de reivindicaciones de justicia social convertidas en pequeños sátrapas que reprimen a sus pueblos y dilapidan sus recursos, y una derecha ambiciosa, egoísta e indolente proclive al beneficio propio e individual por encima del bien común. Dos extremos que por lógica geométrica no se encuentran. De ahí la guerra eterna.
La ironía de esta escena es que Colombia, su posición geográfica, sus recursos naturales (sol, viento, agua) y la capacidad de sus gentes podrían convertirla en cabecera de playa de una transformación energética en el continente y convertirla en la despensa del mundo. Cosa imposible de hacer cuando se incendia el Amazonas en pro de ganancias individuales, cuando se aplica el frakin y el glifosato que atentan contra los recursos básicos para satisfacer negocios personales, y cuando se aplica represión violenta que aplana las inmensas y valiosas capacidades de sus gentes. Para conducir la nación en el escenario y escena actuales, Colombia necesita un líder con conocimientos, insertado en el mundo, con experiencia, visión de largo alcance y un compromiso moral con su gente. La ventaja del Centro que representa Fajardo y su fórmula vicepresidencial, además de cumplir con esas condiciones, es que desde el centro SÍ se pueden tocar los extremos. En el centro confluyen todas las líneas, también geometría. La Derecha se jugó el cuatrenio pasado una carta presidencial que minó su fuerza y avanzo en los peligros del calentamiento global. La salida sabia para detener a su temido contendor sería unirse al centro. A su vez, la arrogancia del líder de izquierda derrotado también encontraría caminos hacia un centro justo. La salida de Colombia inmersa en su repetitiva e inútil escena y su cada vez más alarmante escenario global, es Fajardo. Tiene programa, tiene una idea del país, es matemático y entiende el juego de variables, defiende un centro que convoca a todos, y lo llaman tibio porque conduce un lenguaje pacifista, mesurado, centrado, amable, que el país necesita con urgencia para encontrar un justo medio que conduzca a la paz verdadera.
Con el Voto que cada ciudadano deposite en la urna en estas elecciones estará decidiendo la suerte de su empresa, su cultivo, su negocio, su trabajo, su salud, su familia y su vida. Es la última oportunidad que tiene Colombia para sacudirse de la misma escena y sumarse al escenario de una comunidad internacional que pese al tétrico interregno de una guerra fratricida y suicida, avanza hacia la construcción de sociedades más justas y la salvación del planeta. Solución que interesa al Centro, a la Derecha y a la Izquierda por la simple razón de que al hacerlo salvan el presente y el futuro de sus hijos y sus nietos, los hijos y los nietos de la Humanidad./ Sylvia Davila mm, EarthPipol, Abril 1, 2022.
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