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Las Leyes Primarias son Simples

Sylvia Davila MM/ EarthPipol/Agosto 25, 2022



In English below


La Humanidad, dicen los científicos, está llegando al punto de extinción, momento en el cual cabe la pregunta ¿Cómo hicieron más de 7 billones de seres humanos para conseguir semejante hazaña? Y aunque la respuesta por intrincada parezca imposible dado el gran número de variables que la componen, quizás hay un concepto elemental que da sentido a un desastre de esas dimensiones.


Como siempre, lo simple contiene en sí mismo las leyes originales. Si tomamos un nucleo familiar, una familia, vemos que los niños son tesoros que se cuidan, se protegen, se alimentan, el grupo familiar entero se encarga de que eso suceda. Los jóvenes con el apoyo de los mayores, aprenden el oficio familiar o cualquier otro oficio que les permita en el futuro asumir la supervivencia de la familia. Los adultos en capacidad económica activa, trabajan, producen, sostienen; y los viejos, los sabios del grupo por conocimiento y experiencia, son atendidos durante su paulatino deterioro hasta que se van. Es la lógica de la vida humana gregaria desde el nacimiento hasta la muerte.


Pero, entonces, ese concepto, mandato o ecuación lógica presente en el nucleo familiar, en el momento de trasladarse a las naciones y a la Humanidad en su cojunto sufre una transformación inexplicable que habla poco del raciocinio humano. Vista a distancia, la Humanidad presenta un cuadro en el que la mayoría de los niños del mundo se mueven en una escala que pasa por inanición, hambre, enfermedad e ignorancia a diferentes niveles, la mayoría de los niños del planeta. Lo que sucede con los jovenes es igualmente sorprendente, la fuerza joven, vital, inteligente, capaz, que en poco tiempo tendrá que asumir el planeta que les dejen, tiene poco o ningun acceso a aprender un oficio que les permita dar la batalla por la vida. Los que tienen recursos, por su parte, deben pagar cifras astronómicas por aprender, o sea, les cobran cifras astronómicas a quienes todavía no producen ni están en capacidad de hacerlo porque están aprendiendo. El siguiente paso, por lo tanto, los adultos, pedalean en una intrincada telaraña tejida por los dos absurdos anteriores en un mundo cuya estructura no tiene como objetivo asegurarles la supervivencia sino sacarles dinero, lo cual es especialmente claro en el trato a las personas mayores. Los que no tienen recursos terminan arrimados, internados o simplemente abandonados. Los que los tienen, se enfrentan a un sistema que les pide más dinero a medida que envejecen, al igual que con los jóvenes, les piden más a los que ya no producen, en lugar de cuidarlos los quiebran. De esta manera, el trazado elemental de la supervivencia humana desde la infancia hasta la vejez está totalmente enrevezado, trocado e imposible de sostener. Y eso sucede a todo lo largo y ancho de la Humanidad.


Las consecuencias de este cuadro que da la Humanidad, más allá de las abultadas y trágicas estadísticas mundiales de hambre, desnutrición, enfermedad, disturbios sociales, violencia, hay una que se levanta sola a explicar la extinción de la raza: la ignorancia masiva que es la que la ha llevado a destruir su único habitat. De un lado, una masa ignorante, enferma, necesitada y cansada sin la educación, comprensión o capacidad de entendimiento sobre el daño, también masivo, que cada minuto le hacen al planeta. De otro lado, otra masa menos numerosa de gente enceguecida por su frenética busqueda de reproducción del dinero.


Así las cosas, con el abismo a la vista, la única solución verdadera y definitiva es volver a la historia inicial, la sencilla, la ley originaria, papá, mamá, hijos, abuelos, instalados en un esquema mundial que dé el lugar y orden correcto a las leyes primarias de la supervivencia de la especie. La extinción de la raza humana no se detiene cuidando el dinero que perecería al tiempo con el planeta, sino cuidando a la GENTE que lo produce. Niños alimentados y sanos, jovenes con conocimientos y visión, adultos productivos, y viejos atendidos y oídos porque saben más por viejos. De hacerlo, de virar a tiempo, la Humanidad logrará superar la emergencia e inaugurar una era espléndida. Hay poco tiempo pero todavía se puede. /Sylvia Dávila MM/ EarthPipol/ Agosto 25, 2022.



The Original Laws are Simple


Humanity, scientists say, is at the verge of extinction. So, it is right to ask ¿What 7 billion human beings did to accomplish that deed? The answer, as complicated as it may be given the great number of variables that make it, may have one elementary concept that gives sense to a disaster of such dimensions.


As always, the simple contains the original laws. If we take a family group, just a family, we see that children are treasures protected, fed, cared for, every one in the family group sees to it. Youth have support to learn the family craft or any other in order to be able take on the survival of the family. Adults economically active, work, produce, sustain; and the elders, the wise of the group in knowledge and experience, are attended to the end. It is the logic of a gregarious human life from birth to death.


But then, that concept, mandate or equation present in the family group, when moved to nations or Humanity as a whole suffers an inexplicable transformation that says little of human reasoning. Seen from afar, Humanity gives a picture in which the majority of children grow within a scale that goes from inanition, sickness and ignorance in different levels, the majority of the children of the planet. What happens to the youth is equally surprising. The young, strong, intelligent, vital force have little or no access to learning a profession that would allow them to give the battle for life. Those who have resources are charged astronomical amount of money to learn, in other words, youth that does not produce yet is highly charged. The next step, therefore, the adults, pedal their lives within the intricate net weaved by previous absurds in a world structure that has as objective not to give them survival means but to draw from them money. The latter is especially clear in the way elders are treated. Those without resources end up put aside or simply abandoned, and those who have resources have to confront a system that charges more as they grow old, just as with the youth, they are asked for more when the no longer produce, instead of taking care of them they get bankrupt. In this way, the elementary outline of human survival is upside down, broken, impossible to sustein. And it happens to Humanity in all its extension, everywhere.


The consequences of this picture Humanity shows, beyond bulky and tragic statistics of hunger, malnutrition, sickness, social unrest, violence, etc, there is one that rises as an explanation for the extinction of the race: massive ignorance that has led Humanity to destroy its only habitat. On one side an ignorant, sick, needy, tired mass of people, uneducated and unable to understand the harm they cause every day to the planet, and at the other side, a less numerous mass blinded by their frenetic search of reproduction of money.


Therefore, the abyss in sight, the only true and definitive solution is to go back to the original story, the simple one, mother, father, children, grandpas and moms placed in a world design that gives the right order and priority to the species primary laws of survival. Extinction of the human race cannot be stopped by taking care of money which would just as well go with the planet, but taking care of the PEOPLE that produce it. Healthy well fed children, youth leading with knowledge and vision, productive adults, and well attended and heard old ones who know because they are old. Should Humanity do it, turn on time, it will breakthrough the emergency and inaugurate a splendid time. There is no much time but it is possible. /Sylvia Dávila MM/ EarthPipol/ Agosto 25, 2022.









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