FEE-FA
In a game dominated mainly by men in the play field and administrative realms it is, certainly, an irony that a woman - Loretta Lynch - scored the biggest Olympic goal football history has seen. It is Olympic for various reasons: it addresses the one single issue that covers all peoples of the World regardless of all other issues that differentiate them. Football passion unites peoples of every nationality, race, creed and age. Another reason that makes it Olympic is that it hits the one single issue present in every nation on Earth and at every level of social organization: corruption. A third reason would be the realized fact that a thorough, determined investigation may take time but can actually and effectively tackle deep rooted, strong nets of corruption. There is also a tsunami-aftermath reason. This opened stinking pot set the referees - the football World organizations and fans - to truly think about the responsibilities football directors have towards an activity that reaches universally, and the potential good uses of efforts and money that could be achieved around a practice that lightens up the best attributes in all peoples. The game considered from players, technical directors and fans obliges knowledge, technique, abilities, resistance, good health, team work, solidarity, boasting happiness and deep felt tears, patience, hope, drive, strategy, planning, cooperation, everything that translated to the World´s general functioning would make of this a perfect world. A passion that shows up in tender years and goes along to the grave. To make that powerful worldwide tool a nest of corruption instead of enhancing and reproducing all its marvelous turns, is a true crime.
This Fifa indictment goes beyond the ball game because by dissecting all the aspects that built Fifa wrong doings, a model of corruption worldwide and at all level is revealed: the money game that knits extended chains of people engrossing their own pockets regardless of who or what they run over. Those who ask for money, those who give it, those who keep it save, and those who pretend not to see. Should this Lynch Opimpic goal find reproduction in every nation and at different levels of political and bussiness life, this World would begin to recover huge amounts of wasted resources and its true north. People who reach high positions in every endeavor are there, not to serve themselves, but to serve, work with and help those under, to push forward ideas and projects and, yes, to make them profitable for all those who contributed their hard work, vitality and hopes. High positions are high responsibilities. If the clerk man of a company runs over a lady in the street it, of course, is not the president of the company´s responsibility. But, if the board of directors if filled with corrupt officials there is only one choice out of two: the director did know it and therefore is an accomplice, or the director did not know it and therefore is inept. In any case in does not stand for what is needed.
The problem with corruption is not only the heartbreaking unfairness with all that decent hard working people, but also the stupidity it implies: a mayor that steals his town´s budget will always live in a poor, undeveloped town... Football like corruption is present in the life of all nations. Put together as they are now could become a lighthouse for the World about dismantling corruption molds and models, and on bravely facing corruption roots and tentacles to make a new, promising beginning. Players, technicians, fans, children, the World does not need any more Fee-Fa teaching corruption all the way down. Let the World play ball./ Silvia Davila MM, EarthPipol, May 28, 2015
FEE-FA
En un mundo dominado por hombres, tanto en el campo de juego como en las oficinas es, sin duda, una ironía que una mujer - Loretta Lynch - haya metido el más grande gol Olímpico de la historia del futbol. Es olímpico por varias razones: se refiere a uno de los únicos tema que cubre a todos los pueblos del mundo pese a todos los otros temas que los diferencian. La pasión por el futbol une pueblos de todas las nacionalidades, razas, credos y edades. Otra razón que lo hace olímpico es que golpea el otro único tema presente en todas las naciones del planeta y a todos los niveles: la corrupción. Una tercera razón sería el hecho ahora comprobado de que una investigación minuciosa y decidida toma tiempo, pero puede de una forma efectiva llegar a la raíz de las poderosas redes de corrupción. También existe una razón que surge después de este tsunami. Abrir esta olla podrida obliga al arbitro - las organizaciones mundiales de futbol y los fanáticos - a pensar en las responsabilidades que tienen sus directores con una actividad de alcance universal, y sobre los buenos usos que podrían darse a los esfuerzos y recursos de una práctica que saca lo mejor de la gente. El juego visto desde el punto de vista de todos, jugadores, técnicos, directivos y seguidores, implica conocimiento, técnica, habilidades, resistencia, buena salud, trabajo en equipo, solidaridad, exaltada felicidad y lágrimas sentidas, paciencia, esperanza, empuje, estrategia, planificación, cooperación, todas las cosas que, de aplicarse al funcionamiento general, harían de este un mundo perfecto. Una pasión que aparece en los años tiernos y se lleva a la tumba. Hacer de esta poderosa herramienta mundial un nido de corrupción en lugar de exaltar y reproducir todos sus aspectos vitales es, en verdad, un crimen.
Esta investigación de la FIFA va más allá del juego porque en la disección de sus malhaberes surge un modelo de corrupción mundial a todo nivel: el juego del dinero que teje una extensa cadena de personas dispuestas a abultar sus propios bolsillos sin importar qué o a quién atropellan. Aquellos que piden soborno, aquellos que lo dan, aquellos que lo guardan a salvo, y aquellos que pretenden no ver. Si este gol Olímpico se reprodujera y extendiera a todas las naciones y a otros niveles de su vida política y de negocios, este mundo empezaría a recuperar inmensos recursos perdidos, y su verdadero norte. Las personas que llegan a alta posiciones están allí, no para servirse a sí mismas, sino para servir, trabajar y ayudar a los que están debajo, para sacar adelante ideas y proyectos y, si, para hacerlos rentables a todos aquellos que contribuyeron con su trabajo, vitalidad y esperanza. Altas posiciones quiere decir altas responsabilidades. Si el empleado de una empresa atropella a una señora en la calle, el director de la empresa, por su puesto, no tiene ninguna responsabilidad. Pero si la junta directiva está conformada por funcionarios corruptos hay solo una de dos opciones: el director lo sabía y, por lo tanto, es cómplice; o el director no lo sabía y, por lo tanto, es inepto. En cualquier caso no da la medida para lo que se requiere.
El problema con la corrupción no es solamente la desoladora injusticia con toda esa gente honesta y trabajadora, sino la estupidez que implica: un alcalde que roba el erario de su ciudad vivirá siempre en una ciudad pobre y estancada... El futbol, como la corrupción, está presente en la vida de todas las naciones. Al ponerlos juntos como están hoy en el caso de la FIFA, tiene esta la posibilidad de convertirse en un faro que ilustre al mundo sobre el desmantelamiento de los moldes y modelos de corrupción, y la forma de llegar a sus raíces y tentáculos para conseguir un nuevo comienzo. Los jugadores, técnicos, seguidores, niños y jóvenes, el Mundo, no necesita más de una Fee-Fa (Fee: cobro de tarifa) que enseñe corrupción a todo su entorno. Es necesario dar al Mundo un tiempo complementario. / Silvia Dávila MM, EarthPipol, Mayo 28, 2015