PEACE: AN ACT OF IMAGINATION
LA PAZ: UN ACTO DE IMAGINACIÓN (IN ENGLISH BELOW)
En un documento publicado en los medios de comunicación por el gobierno de Colombia sobre el proceso de paz que adelanta, uno de sus comisionados se refiere a la paz como “un acto de imaginación”. Y eso es, precisamente, lo que es la paz. Cuando las imágenes son rutinarias tienden a volverse paisaje: lo que está ahí siempre ha estado, el mismo árbol, la misma calle, la misma casa, nada cambia. La rigidez de la imagen, por lo mismo, limita la posibilidad de ver algo distinto. Para hacerlo, de hecho, es necesario recurrir a la imaginación. Qué pasaría si en lugar de un árbol se levantaran dos, si la casa fuera reemplazada por un edificio, si al final de la calle hubiera un parque. En la realidad nada de eso existe pero la imaginación puede crearlo. Y cuando la imaginación crea el mundo cambia.
La población de los países que han sostenido guerras largas está atada a un paisaje estático que sólo la imaginación puede cambiar. Se trata de imaginar las regiones produciendo, intercambiando, generando riquezas en lugar de verse arrinconadas, asustadas, empobrecidas y ensangrentadas. Un acto de imaginación que vea a los muchachos – niños y niñas – cumpliendo sus metas, dando grandeza a sus talentos, disfrutando sus fiestas, en lugar de morir en trincheras, lejos de sus casas, con un tiro en el pecho. Se trata de imaginar abuelas rodeadas de nietos en lugar de madres poniendo flores en los cementerios. Se trata de hacer uso de una imaginación solidaria si esos muchachos y esas madres estuvieran en el propio pellejo. Se trata de imaginarnos todos dando rienda suelta a las ideas, convirtiéndolas en oficios, ganándonos la vida, creciendo familias, “haciendo patria” sin el temor de la bala, el abandono, la muerte o el irrespeto. Se trata de imaginar todos los caminos de esta variada y extensa geografía poblados con gente trabajadora, vibrante, hospitalaria y dueña de tierras ricas y productivas. Es el ejercicio de imaginar un país orgulloso ejerciendo liderazgo en su continente y en el mundo.
La paz no es solamente la compleja negociación de dos o varios bandos enfrentados. Es un acto de imaginación de todos los implicados, es decir, todos. La paz hay que imaginarla. Hay que imaginar las distintas instituciones cargadas de debates que impulsen visiones variadas y contrarias – esencia de la democracia – en lugar de balaceras en las esquinas, los campos y las montañas. Imaginar unas fuerzas armadas fuertes y orgullosas de servir a todos los colombianos en lugar de verse obligadas a perseguir hermanos. Se trata de imaginar un mundo en el que existen diferencias – siempre existirán – y respetarlas para que el jardín de mi casa sea igualmente sagrado para cada uno y para el vecino. Se trata de hacer el ejercicio de romper la imagen rutinaria, estática de más de sesenta años – vencer el escepticismo, la desesperanza y la desconfianza – para dar paso a una imaginación creativa que produzca la transformación fundamental para el futuro del país: el miedo que da paso a la iniciativa. En un país de tan variado contenido como este, el impulso de una iniciativa dinámica le daría un salto histórico en el tiempo. Se trata de creernos y querernos.
Las estadísticas mundiales anuncian que para el año 2050 el mundo vivirá un embudo: una población económicamente activa pequeña rodeada de una multitud de gente mayor y de niños. Esa población activa del 2050 tendrá una pesada carga y estará conformada por los niños de hoy. Los niños no tienen tiempo para nuestras dudas. Necesitan ya un país en paz que los prepare para asumir una carga histórica. Un país que prepare no a unos cuantos -a todos- porque solamente si son todos podrán hacer un frente unido para liderar un país exitoso en un mundo globalizado y complejo. La situación de hoy quizás no sea la ideal ni responda a los valores que cada uno defiende individualmente, pero estamos presenciando un proceso de paz que muestra una luz al final del túnel. Tres de cinco pasos se han dado. Es por eso, por mis hijos y por los suyos, que debemos hacer uso de una imaginación optimista para darles la esperanza y el estímulo de un país en paz y feliz. Habrá que construir el edificio, plantar el árbol y diseñar el parque al final de la calle, pero en paz y unidos es posible dar rienda suelta a la herramienta mágica que nos crece y nos salva: la imaginación creativa. Voto por el proceso de Paz/ Silva Dávila Morales, Junio 11, 2014
PEACE: AN ACT OF IMAGINATION
In a document published in the Media by the Colombian government about the peace process they are conducting, one of its commissioners refers to peace as “an act of Imagination”. And it is, precisely, what peace is. When images are routine they become a landscape: what is there has always been there, the same tree, the same street, the same house, nothing changes. A fixed image that limits options to see different. To do it, in fact, it is necessary to get hold of imagination. How could this be if instead of one tree there were two trees, if instead of a house there was a building, if a park would welcome you at the end of that street. None of that exist in real life but imagination can create it. And when imagination creates the world changes.
Peoples from countries that have suffered long wars are attached to static landscapes that only imagination can change. It is about imagining regions being productive, exchanging goods, building riches instead of finding themselves cornered, scared, impoverished and bloodstained. An act of imagination that see the young – boys and girls – meeting their goals, growing their talents, enjoying their parties instead of dying in a trench, far from home, with a bullet crushed in their chest. It is about imagining grandmothers surrounded by grandchildren instead of mothers taking flowers to graveyards. It is about making use of a caring imagination if those youths and mothers were our own flesh and blood. It is about imagining us all giving wings to ideas, transforming them into purposes, earning life, racing families, building nation without the fear of the bullet, neglect, death or disrespect. It is about imagining the roads of this varied and large geography connecting working, vibrant, hospitable people, owners of rich and productive lands. It is about the exercise of imagining a proud country showing leadership in the continent and the world.
Peace not only implies the complex negotiation of rival parties. It is an act of imagination of all people involved, meaning, everyone. Peace is to be imagined. There is a need to imagine institutions filled with debates prompting different and opposed visions – the essence of democracy – instead of shootings in street corners, country fields and mountains. It is about imagining the country´s armed forces strong and proud to serve all Colombians instead of being obliged to chase brothers. It is about imagining a world where differences exist – they will always exist – and respect them, so that the garden is equally sacred for everyone and for its neighbors. It is about breaking the routine, the fixed sixty years old image – conquer skepticism, despair, and mistrust – to let imagination produce the fundamental transformation for the country’s future: fear that gives way to initiative. In a nation of such a varied content, the impulse of a dynamic initiative would create an historic step forward in time. It is about trusting and loving ourselves.
World´s stats say that by year 2050 the world will face a funnel: a small economically active population surrounded by a huge population made of elders and children. That active population of year 2050 will carry a heavy burden and will be made by today´s children. Children have no time for our doubts. They need now a country in peace, ready to prepare them well to be able to carry their historic burden. A country that prepare them all – not just some – because only if all of them are prepared they will be able to create a strong, able front to lead a successful country in a globalized, complex world. Perhaps today´s situation is not the ideal, or does not respond to each individual sense of values, but we are witnessing now a peace process that shows a light at the end of the tunnel. Three of five steps have already been taken. That is why, for my children and for yours, it is necessary to make use of an optimistic imagination to give them the hope and courage of a peaceful, happy country. It will be necessary to erect the building, plant the tree, design the park at the end of the street, but all together in peace, it will be possible to let loose the magic wand that grows us and saves us: creative imagination. I will vote for peace./ Silva Dávila Morales, June 11, 2014